"Educación, familia, política e inmigración magrebí en Alhaurín el Grande"
Aquí un fragmento de las conclusiones que pude sacar a raíz del pequeño trabajo de investigación que pude realizar en Alhaurín el pasado mes de diciembre bajo el mismo título de esta entrada. A pesar de su extensión, intentaré ir subiendo al blog los resultados y demás conclusiones que arrojaron dicho trabajo.
"En este apartado cabe el hacernos la lógica pregunta
de si, una vez finalizado el período de recogida de datos, haberlos analizado y
demás, se han cumplido o no las hipótesis que se planteaban al inicio del trabajo.
Para abordar dicha cuestión, vamos a recordar la “principal” hipótesis que
lanzábamos:
- - Los
alumnos (jóvenes de bachillerato, de entre 16 y 18 años) son reflejo de sus
familias y de la experiencia que viven en el centro educativo donde estudian.
El estudio de la percepción del alumnado sobre la comunidad magrebí nos llevará
a comprender el por qué de la actuación del Ayuntamiento de Alhaurín el Grande (y/o
las propuestas lanzadas por los dos partidos de la oposición) en materia de
políticas públicas de integración y adaptación de la comunidad magrebí
(principalmente marroquíes).
Planteábamos esta extensa y compleja hipótesis que
ahora estamos en condiciones de decir que si tiende a cumplirse: las
entrevistas con expertos en educación (director y profesorado experimentados)
arrojan la importancia de la influencia de las familias en los alumnos, así
como el papel crucial del centro educativo; además, los resultados de las
encuestas a los alumnos tienden a una percepción negativa de la población marroquí,
y muestran cómo la mayoría de padres votaron al Partido Popular en las pasadas
elecciones; un Partido Popular que gobierna en el Ayuntamiento de Alhaurín el
Grande y que en los últimos años, así como es su programa electoral, no ha
propuesto firmemente políticas públicas para favorecer la adaptación e
integración de la comunidad magrebí, sino que ha llevado a cabo medidas
puntuales y de corto alcance. Por tanto, reiteramos el cumplimiento de nuestra
hipótesis con referencia a las tendencias de la ideología de “derechas” del
Partido Popular, de sus votantes, y de los hijos de sus votantes, resaltando
además que el centro educativo cobra un papel crucial a la hora de revertir la
situación, de ahí que quepa la posibilidad de que podamos ver una tendencia a
la baja en la intención de voto del alumnado para con el Partido Popular.
En cuanto a la hipótesis que planteábamos con
respecto a los partidos de la oposición:
- - Alumno
con la influencia de una percepción con tendencia a ser positiva de la
comunidad magrebí por parte de su familia; que además alude al escaso papel
integrador del centro educativo; con unos padres votantes del Grupo Socialista
Municipal Alhaurino (GSMA) o Izquierda Unida; con una proyección de voto al
GSMA o IU; siendo GSMA e IU partidos de la oposición; dándose un nivel
medio/alto de políticas públicas propuestas en materia de integración y
adaptación de la comunidad magrebí.
En este caso estamos en disposición de afirmar que
no se cumple la hipótesis, puesto que queda desmontada por los siguientes
motivos: a) aquellas familias con una percepción positiva de la comunidad
magrebí no han alcanzado datos significativos y en su mayoría no se identifican
con los partidos de la izquierda alhaurina; b) los alumnos con proyección de
voto al GSMA no mostraban una tendencia diferente en cuanto a la percepción de
la comunidad magrebí en respecto a los que piensan votar al Partido Popular; en
el caso de los escasos futuros votantes de Izquierda Unida, estos alumnos sí
que han mostrado unas respuestas diferentes a la de los demás compañeros, algo
que si se aproxima al ideario integrador de la “izquierda”, siendo el único
punto que si se confirma; c) tanto el programa electoral de GSMA y el de IU se
quedan cortos en las propuestas de políticas públicas firmes que apuesten por
la integración y adaptación de la comunidad marroquí, por tanto no podemos
señalar que sea algo determinante dentro de la intención de voto de los
electores.
Estas han sido las hipótesis inicialmente
propuestas, y sus resultados. Sin embargo, a raíz del desarrollo y de sobre
todo el análisis de los datos, he podido sacar mis propias conclusiones acerca
de la sociedad alhaurina para con la comunidad magrebí. En general, estaría en
condiciones de afirmar que mis conciudadanos distan todavía demasiado de lo que
sería una localidad integradora, independientemente de a qué partido vayan
dirigidos sus votos (excepto en los 6 casos de IU), los alumnos han demostrado
tener una conciencia de la integración y adaptación de la comunidad marroquí
muy tradicional y estancada, reflejando aquello que viven en sus hogares y que
oyen de sus familias. Es realmente sorprendente que los alumnos, que
supuestamente van a ser las generaciones “punteras” de Alhaurín, tengan todavía
una mentalidad tan estancada en el ombligo de sí mismos y de sus congéneres
alhaurinos, sin importarles que exista alguien o algo más allá de ellos que
necesiten del apoyo de las instituciones o de ellos mismos. Los datos de la
encuesta son especialmente en algunos casos escalofriantes, como por ejemplo
que casi la mitad de los encuestados piense que un alumno árabe puede quitarle
una beca por el simple hecho de ser árabe, o que un espeluznante 46% de los
alumnos crean que la comunidad marroquí le quita el trabajo a los alhaurinos. O
como el 51% piensa que existe un número excesivo de árabes en su entorno. Son
ideas realmente preocupantes y que desde el centro educativo deben de luchar
por combatir, cierto es, que tanto el director como el profesorado me insistía
en señalar que luchan por la integración y adaptación de los alumnos
marroquíes, pero lo que realmente preocupa es la eficacia de dichas medidas,
porque a través de la observación que pude hacer en el instituto, vi como los
alumnos árabes se conformaban casi como un gueto dentro del propio centro.
Habría que repensar el papel del centro educativo sobre todo como contrapeso de
las familias que pueden llegar a establecer conductas “racistas” o retrógradas
entre sus hijos. Si se potencia esta lucha contra la inadaptación de la
comunidad marroquí desde el ámbito educativo en un futuro tendremos una mejor
ciudadanía que apueste y requiera la implantación de políticas públicas para
favorecer la integración de las diferentes comunidades etno-culturales.
Otra conclusión que saco de esto es que, hoy por hoy,
ni siquiera los partidos políticos de Alhaurín el Grande tienen conciencia real
de la necesidad de integrar a la comunidad marroquí en la vida de la localidad.
La política debe de ser el otro ámbito indiscutible de lucha contra actitudes
que no apuesten por la integración de las distintas comunidades, ya sean
partidos de derecha o de izquierda en pleno siglo XXI no se puede plantear
hacerle la pelota a las comunidades de extranjeros con dinero y dejar aislada a
los extranjeros “de segunda clase”.
“Donde hay educación no hay distinción de clases”
señalaba Confucio, algo que podemos extrapolar a la actualidad alhaurina (¿y
española?): con una educación que potencie la conciencia de la integración y
adaptación de las diversidades etno-culturales, llegaremos a exigir a la
política que articule dicha conciencia y entonces no habrá por qué hacer
distinciones de ninguna clase."
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